jueves, 15 de julio de 2010

Y comieron perdices


Minuto 117 de partido. Final del Mundial de Sudáfrica 2010. Fernando Torres cuelga un balón sobre el área de Holanda, la defensa lo repele. La pelota queda suelta, Cesc Fábregas ve a Andrés Iniesta libre de marca y le mete un pase. El de Fuentealbilla controla con el pie derecho y el esférico bota sobre el césped. Era el momento. Estira la diestra y le pega con todo el alma. La volea, a media altura, pasa cerca de Stekelenburg que incluso llega a tocar el balón. Finalmente el famoso “Jabulani” se deposita en la red provocando toda una explosión de alegría entre los españoles.


Al igual que en aquel gol en Stamford Bridge, Iniesta salió corriendo hacia el corner y se quitó la camiseta. Pero esta vez en la que llevaba debajo se leía una inscripción: “Dani Jarque siempre con nosotros”. Todo un gesto hacia un amigo. Un detalle que nos demuestra la calidad humana de estos jugadores. Inmediatamente el resto de compañeros, incluidos los del banquillo, se abalanzaron sobre Andrés, sabían que aquel gol valía una Copa del Mundo. Probablemente, si había alguien que mereciese marcar, ese era el futbolista del Fútbol Club Barcelona.


Porque el jugador manchego tuvo que hacer frente a varias lesiones para llegar a la cita Mundialista. A pesar de no estar en su mejor condición física, nunca se escondió ni se arrugó. Además se permitió el lujo de ser uno de los más destacados de la selección española y de todo el campeonato, formando parte del once ideal de la FIFA. Iniesta siempre apareció en los momentos decisivos: ante Chile, anotando el 0-2; en octavos, fabricando el gol ante Portugal con un pase magistral; contra Paraguay en cuartos de final, conduciendo la jugada que dio origen al tanto de Villa; provocando el córner que apeó a los alemanes en semifinales; y por último, el mencionado gol que ponía a España en la cima del Mundo.


Al otro lado del campo, el capitán Iker Casillas rompía a llorar de la emoción. El portero del Real Madrid también tuvo su papel determinante en la final, salvando a su equipo en dos clarísimas ocasiones mano a mano con su ex compañero Arjen Robben. Casillas había sido cuestionado al comienzo del Mundial por su estado de forma, y además tuvo que soportar diversos comentarios acerca de su relación con la periodista Sara Carbonero. Una vez más Iker ha sido providencial para la selección, con actuaciones providenciales como en cuartos de final ante Paraguay, donde detuvo ese penalti con empate en el marcador.


La selección española es campeona del Mundo, algo impensable hace unos años. Y lo hace además con un estilo propio, para muchos considerado como el mejor. Demostrando que el buen juego es el camino más corto para llegar a la victoria. Con el triunfo de España el fútbol hace justicia, premiando el “jogo bonito” en lugar de la racanería. En este deporte no siempre gana el mejor. Por suerte para nosotros esta vez no ha sido así.


La victoria de España también es el triunfo de un colectivo frente a las individualidades. Todo un ejemplo a seguir por futuras generaciones. Un bloque sin fisuras, donde todos reman en la misma dirección, sin egos y con humildad, esto último reflejado sobre todo, en el seleccionador Vicente del Bosque, el hombre tranquilo. Siempre a la sombra, sin una palabra de más, sin alzar la voz. Iker, Raúl, Gerard, Carlos, Carles, Andrés, David, Xavi, Fernando, Francesc, Joan, Víctor, Juan, Xabi, Sergio, Sergi, Álvaro, Pedro, Fernando, Javi, David, Jesús, Pepe, Vicente. Enhorabuena campeones. Gracias por hacernos tan felices.

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