La jornada posterior a un día de descanso, siempre es temida por los ciclistas en el Tour de Francia. Después de una semana de competición, la fatiga acumulada, el calor y los nervios, lo más lógico es pensar que los corredores agradecen este “tiempo muerto”. Nada más lejos de la realidad. Para algunos este día resulta fatal. La tumba de sus ilusiones. Sin ninguna explicación científica, son muchos los que se derrumban tras el parón obligado.
Si no pregúntenle a Cadel Evans. Subiendo la Madeleine, al hasta hoy líder de la carrera, se le apareció el “tio del mazo” con el consiguiente bajón de fuerzas. El puerto, todo un “Hors Categoriè” situado a más de 30 kilómetros de la meta, no parecía el escenario propicio para que sucedieran cosas interesantes de cara a la general. Sin embargo, el destino así lo quiso.
A más de diez kilómetros para coronar el puerto, Alberto Contador dio la orden a sus compañeros para que pusieran una marcha más. Tiralongo primero, y a continuación Dani Navarro imprimían un ritmo fortísimo. La primera víctima iba a ser el maillot amarillo, Evans (más tarde se sabría que tiene una fisura en el codo izquierdo). En pocos kilómetros Navarro se quedo sólo, con Contador y Andy Schleck a su rueda. Samuel Sánchez por unos instantes, parecía capaz de seguirles. El daño ya estaba hecho.
Por un momento, los dos grandes candidatos a la victoria quedaron sorprendidos ante el terremoto que acababa de sacudir el grupo, parecía que la situación les había cogido totalmente de imprevisto. Tras la duda inicial, los dos se pusieron de acuerdo para llegar juntos a Saint Jean de Maurienne. El botín era tan jugoso como inesperado: eliminar a la mayoría de sus rivales.
Por detrás nadie parecía reaccionar o tener fuerzas para ello. El calor asfixiante, el cansancio o el dichoso día de descanso estaban haciendo mella. El descenso fue la confirmación del pacto entre madrileño y luxemburgués, mientras Samuel Sánchez intentaba contactar con uno de esos descensos “kamikaze” a los que tanto nos tiene acostumbrados.
La etapa fue para Sandy Casar, por delante de Luis León Sánchez, tomándose la revancha por el año pasado. El murciano se quedó con la miel en los labios tras el gran trabajo del Caisse d´Epargne. Habría sido su tercera victoria parcial en el Tour. El nuevo líder, Andy Schleck, se mostraba radiante en el podio. Ahora la carrera será un cara a cara entre Contador y él. Los demás ya no cuentan salvo que una heroicidad lo impida. Si alguien tiene algo que decir, que hable ahora o calle para siempre.
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