martes, 20 de julio de 2010

Cadena de favores

Cadena de favores es una película dirigida por Mimi Leder, en la que un niño imagina un curioso sistema para mejorar el mundo: hacer favores a la gente, incluso antes de que te los devuelvan. Es decir, no devolver favores, sino pagarlos por adelantado, y no necesariamente a quien te lo hizo a ti. Cuando a Andy Schleck se le salió la cadena en la última ascensión en pleno ataque, sin querer, estaba haciendo un enorme favor a Alberto Contador, el mismo que en la segunda etapa le esperó cuando el luxemburgués se había caído. El madrileño dijo en aquella ocasión: “he hecho lo que me gustaría que hicieran por mí”.

En la película, la cadena de favores no funcionaba así, pero la otra cadena, la de la bicicleta de Schleck, así lo quiso. Imposible predecir que este simple elemento provocaría semejante descalabro. A lo largo de la historia del Tour de Francia, hemos visto a corredores perder el maillot amarillo por varios motivos: caídas (Ocaña en 1971), lesiones (Simon en 1983), cortes (Rijs en 1995), enfermedad (Heulot en 1996), desfallecimiento (Landis en 2005), e incluso este mismo año vimos al líder sacrificando la preciada prenda en favor de un compañero (Cancellara). Pero lo que nunca podíamos imaginar era que una mera anécdota, como salirse la cadena, pudiera hacer perder el maillot jaune.


Todo sucedió en la ascensión al Balés. En esta ocasión, Astaná cedió la iniciativa a Saxo Bank. Uno por uno, los compañeros de Schleck fueron relevándose para endurecer la carrera, hasta que el luxemburgués decidió acelerar. Pero no era un ataque demoledor, sólo pretendía seleccionar el grupo. De esta forma, durante unos instantes sólo quedaron los cinco primeros de la general: Schleck, Contador, Samuel Sánchez, Menchov y Van den Broeck. El resto comenzaba a hacer la “goma”. Esta vez Andy Schleck dejó de ser la sombra de Contador, para convertirse en cabeza visible.


Tras un pequeño “impass” Andy volvió a la carga, ahora iba en serio, de pie sobre la bicicleta y con un ritmo diabólico. Vinokourov fue el primero en responder, detrás, Contador salía en busca del maillot amarillo. Pero sucedió lo inesperado, de repente la rueda trasera de Schleck pegó un bote y comenzó a dar pedaladas en falso. Había intentado cambiar de desarrollo en pleno ataque, al límite, y la cadena saltó por los aires. Alberto, que en ese momento llegaba a la altura del líder, salió disparado sin mirar atrás, sin volver la cabeza.


Presa de los nervios, el líder de Saxo Bank intentaba volver a colocar la cadena, una operación sencilla siempre que no estés a casi 2.000 metros de altitud, con 180 pulsaciones por minuto y con el corazón a punto de salirse por la boca. Por delante Contador, Menchov y Samuel Sánchez volaban hacia la cima como tres lobos salvajes, atraídos por el olor de la sangre. Cuando Schleck arrancó de nuevo, se inició una tremenda persecución. En la cima la diferencia rondaba los 20 segundos, el liderato en el aire.


La bajada se realizó a toda velocidad, por delante Contador se lanzaba a tumba abierta, secundado en algunos tramos por Samuel Sánchez, un auténtico kamikaze. El descenso de Andy no desmereció lo más mínimo, incluso todo un especialista como Vinokourov tenía problemas para seguirle. El maillot amarillo se iba a decidir por un pequeño detalle: una curva mal trazada, un frenazo de más. Al final, Schleck “entregaba” el maillot por ocho escasos segundos.


En Bagneres de Luchon todos buscaban las reacciones de los dos protagonistas. Andy furioso; Contador con cara de circunstancias “no he visto nada”. Horas más tarde Alberto pedía perdón, no tenía obligación de hacerlo, las averías también forman parte del ciclismo y es totalmente legítimo aprovecharse de la de un rival. Son muchas las ocasiones en las que en medio de una disputa, uno de los contendientes sufre algún percance. En estos casos el desenlace no siempre ha sido el mismo. Es muy difícil saber tomar la decisión correcta en esos momentos. Más aún cuando están por medio un Tour de Francia, una amistad y una cadena de favores.

3 comentarios: