Ayer, 16 de julio, el gran Miguel Induráin celebraba su 46º cumpleaños. Cuando el navarro cumplía los 31, se encontraba a punto de conseguir su 4º Tour consecutivo. Con esa misma edad (31) Joaquim Rodríguez Oliver está descubriendo el Tour de Francia. "Purito", como todos le conocen, nuncá había corrido la ronda gala. Su anterior equipo, el Caisse d´Epargne no le había brindado la oportunidad, a pesar de hacer méritos de sobra. Harto de esperar año tras otro la llamada para ir a Francia, el catalán se marchó al Katusha, un equipo ruso. Sólo ha habido que esperar medio Tour, para que todos sepan como las gasta Joaquim.
Mende es un final que tiene algo especial. Sin ser considerado uno de los grandes puertos (es de 2ª categoría) por su poca longitud, tiene un desnivel medio de un 10% y algunas de sus rampas llegan hasta el 14%. Si a esto le sumamos una etapa larga con continuas subidas y bajadas, se convierte en un verdadero "rompepiernas". La cima, situada en un aeródromo, tuvo su bautizo de fuego el 14 de julio de 1995, fecha en la que Jalabert remató con la victoria de etapa, una exhibición de su equipo, la ONCE, poniendo en jaque al mismísmo Induráin. Desde entonces, Mende lleva el sobrenombre de "Cima Laurent Jalabert".
La 12ª etapa de este Tour 2010, reducido a una lucha entre Andy Schleck y Alberto Contador, era una buena ocasión para que los dos aspirantes midieran sus fuerzas antes de los Pirineos. La fuga del día, formada por Vinokourov, Kloden, Kiryenka y Hesjedal, parecía que nos daría el vencedor y ese hubiera sido el corredor kazajo de no ser por Joaquim Rodríguez. Al ataque de "Purito" a tres kilómetros para el final, respondió Contador para proteger a su compañero y por que no, para anotarse él mismo la victoria. A rueda del madrileño debió salir el maillot amarillo, Andy Schleck, pero no fue así. El luxemburgués se quedó clavado y empezó a temer por su preciada prenda y quizás, también por el Tour.
Era una de esas "arrancadas" típicas de Alberto. La misma que fue su carta de presentación en en el mítico Galibier, en 2007; ese "latigazo" que soltó una, dos, tres y hasta cuatro veces contra Michael Rasmussen en Peyresoure, el mismo año; ese cambio de ritmo que le acercaba a su segundo Tour en Verbier, la pasada edición. El bueno de Joaquim, se agarró al tren sabiendo que si aguantaba unos metros más, le esperaba el final en lleno. Vinokourov sólo pudo ver pesar a los dos y desearles suerte. Más atrás, Andy sufría e intentaba recomponerse.
Al pasar por la pancarta del último kilómetro, "Purito" ofreció a Contador su colaboración a cambio de la etapa. El de Pinto movió la cabeza de un lado a otro, en horizontal. No había acuerdo. El líder del Astaná sabía que la etapa era para "Vino" y no iba a regalar nada. Ya sabía lo que era ganar aquí (París-Niza 2007 y 2010) y quería repetir. Orgullo de campeón. En la larga y ancha recta de meta los dos españoles se "batieron" por ser el encargado de inaugurar el casillero de su país en este Tour. Salió vencedor Joaquim Rodríguez. Más rápido. Contador había preferido el triunfo parcial, a aumentar las diferencias con Schleck.
A final sólo fueron 10 segundos. Los mismos que Andy sacó en Morzine-Avoriaz. Una diferencia insignificante. Pero esta vez es distinto. Fue un aviso, un golpe psicológico. El luxemburgués tenía la esperanza de que Contador no era el mismo del año pasado. Como él decía, le veía con altibajos. Ahora ya lo sabe. Alberto está preparado para la batalla. Ha estado esperando durante dos semanas y ahora es el momento. Esto es sólo un anticipo de lo que nos espera.
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