El verano de 2oo2, no se parecía ni por asomo al que actualmente estamos viviendo. Aquel año no ganamos Wimbledon (Nadal todavía era un chaval de 16 años), ni el Tour de Francia (era la "dictadura" de Armstrong). En fútbol, seguíamos estancados en la maldita barrera de los cuartos de final. Y en baloncesto, nuestros "juniors de oro" todavía estaban asentándose, por lo que ser favoritos en un Mundial todavía era una quimera.
Sin embargo, el mes de agosto nos tenía reservado un momento glorioso. Se disputaba en Munich, el XVIII Campeonato de Europa de Atletismo al aire libre. La selección española acudía con una numerosa representación y con grandes expectativas a la cita continental. Muchos de nuestros mejores atletas se encontraban en su madurez, lo cual hacía presagiar un buen” botín” de medallas.
La jornada inaugural no parecía empezar con buen pie. El capitán del equipo, Manolo Martínez, no conseguía medalla en el lanzamiento de peso, a pesar de ser uno los grandes favoritos para colgarse un metal. Decepción para comenzar. Pero la tarde se iba a arreglar. Y de que manera. En los 20 km marcha “Paquillo” Fernández se alzaba con el oro y Juan Manuel Molina con el bronce. El camino estaba abierto.
En las pruebas de fondo y medio fondo, los nuestros fueron unos gigantes. En los 10.000 metros, otro doblete oro-bronce de la mano de “Chema” Martínez y José Ríos, en una carrera preciosa bajo la lluvia. Idéntico resultado en los 3.000 metros obstáculos para Luis Miguel Martín (bronce) y Antonio Jiménez Pentinel, “Penti” (oro), batiendo al holandés Vroemen en la recta final. En el 5.000, oro para Alberto García demostrando un dominio absoluto de la prueba. Y en la prueba reina del medio fondo, el 1.500, plata amarga para Reyes Estévez en un final polémico ante el francés Baala, en el que fue necesaria la foto-finish.
Las medallas caían una tras otra en el Olympiastadion de la ciudad bávara. En la maratón y en el salto de longitud, bronce para Julio Rey y Yago Lamela, respectivamente, que supo a poco por el potencial de ambos atletas. Mismo resultado para el eterno Jesús Ángel García Bragado en los 50 km marcha. Y cerrando nuestro medallero masculino, David Canal con una meritoria plata en los 400 metros lisos.
Las chicas no iban a ser menos. La nigeriana, nacionalizada española, Glory Alozie conseguía el primer oro de una atleta española en los 100 metros vallas. La gran Marta Domínguez se coronó como reina de Europa con uno oro en los 5.000 metros, en un final agónico ante la irlandesa Sonia O´Sullivan. Otra luchadora, Mayte Martínez, se llevó la plata en los 800 metros, una prueba siempre complicada.
En total 15 medallas (6 oros, 3 platas y 6 bronces) que valieron el segundo puesto en el medallero, sólo superados por Rusia. La mejor actuación del atletismo español en toda su historia. Debido, en buena parte, al gran momento que ahora vive nuestro deporte, en los Europeos de Barcelona, se ha fijado como objetivo superar o igualar esa marca. Una empresa difícil, más aún viendo el discreto comienzo de los españoles. Pase lo que pase, siempre nos quedará Munich. El lugar donde nuestro atletismo tocó el cielo con las manos.