domingo, 8 de agosto de 2010

La imparable progresión de Higuaín


"Para ser el 9 del Madrid no hace falta llevar ese número", así afronta Gonzalo Higuaín su quinta temporada en el Real Madrid a las órdenes de un nuevo entrenador (el quinto desde su llegada en diciembre de 2006). Ahora, coincidiendo con la llegada de José Mourinho al banquillo madridista, el delantero argentino se encuentra en disposición de comenzar la competición con un puesto asegurado, por primera vez, en el once titular. Le avalan sus goles y su extraordinario rendimiento, cada año mejorando el anterior.


Higuaín debutó con la camiseta blanca en la temporada 2006-2007 en un partido ante el Real Zaragoza. Fabio Capello apostó fuerte desde el principio, por un jugador de sólo 19 años, que ya dejaba ver muestras de su calidad. Anotó dos goles, ante Atlético de Madrid y Espanyol, fundamentales a la hora de conseguir el título de Liga. Sin embargo, era un delantero al que le costaba ver puerta, fallaba en la definición. Ningún problema. Nada que no se pudiera mejorar con el tiempo.


Al año siguiente, con Bernd Schuster en el banquillo, Gonzalo asumía su rol de tercer delantero, por detrás de Raúl y Van Nistelrooy. Al principio, no contaba demasiado para el técnico alemán. A comienzos de 2008, el holandés se lesionó y abría una puerta para Higuaín. El “Pipita” realizó un buen final de temporada marcando nueve tantos, uno de ellos suponía el alirón blanco en Pamplona. Pero las dudas seguían planeando sobre el jugador, al que, en ocasiones, todavía se le hacía de noche de cara a la portería.


Temporada 2008-2009 y mismo panorama. Schuster seguía confiando en la dupla Raúl-Van Nistelrooy. El holandés se volvió a lesionar gravemente, pero esta vez quedaba mucha temporada por delante. Era la gran ocasión para Higuaín y no la desaprovechó. El argentino explotó definitivamente y se convirtió en el máximo goleador del Real Madrid con 24 dianas. Fueron muchos los encuentros en los que salió al rescate de su equipo. Se acabaron las dudas.


La vuelta de Florentino Pérez supuso el desembarco de un nuevo inquilino en la delantera del Madrid, Karim Benzema. La gran promesa del fútbol francés y los galones de Raúl devolvían a Higuaín a un segundo plano. Una vez más tendría que batirse el cobre. Primero el capitán y más tarde el ex del Lyon, dieron con sus huesos en el banquillo. El “Pipa” se agigantó y Pellegrini tuvo que ceder. Ni el mismísimo Cristiano Ronaldo fue capaz de marcar más goles que el argentino en Liga (29).


Ahora nadie se atreve a cuestionar la titularidad de Higuaín. Se lo ha ganado en el campo, a base de goles y de trabajo. Además, con la salida de Raúl y Guti, ha ganado peso en el vestuario (sólo Casillas, Ramos y Diarrá le superan en antigüedad). Su única asignatura pendiente: los partidos importantes. Este año le toca superarla. En eso consiste su trayectoria: progresar temporada, tras temporada. Es un delantero insaciable y esta vez saldrá desde la “pole position”. Que se preparen.

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