martes, 24 de agosto de 2010

Guardiola y el "feeling" con Ibrahimovic


A punto de comenzar la Liga, el ambiente que se respira en Barcelona parece el más idóneo. Pero hay algo que parece que incomoda a Pep Guardiola. Hay una pieza que no termina de encajar. Me refiero al caso de Ibrahimovic. La continuidad del delantero sueco en el Barça lleva todo el verano en el aire, pero ninguna de las dos partes, club y jugador, han hablado de un posible traspaso.


Las declaraciones del representante del jugador, Mino Raiola, en las que aseguraba que “es más fácil que se vaya Guardiola que Zlatan”, no han hecho más que poner más “picante” al asunto. El propio Pep respondió desde el banquillo, dejando a Ibrahimovic sin disputar un sólo minuto, en la vuelta de la Supercopa de España ante el Sevilla. Esto podría interpretarse como una declaración de intenciones del entrenador, dejando al sueco como última opción en el ataque; o como una simple decisión para motivar al jugador.


Ibrahimovic llegó el verano pasado procedente del Inter de Milán, con la misión de reemplazar a Samuel Eto´o como “nueve” azulgrana. Tras un comienzo prometedor, Zlatan fue perdiendo fuelle y su participación en el juego del equipo fue disminuyendo con el paso de los partidos. Cuando terminó la temporada, Bojan y Pedro eran titulares y el jugador escandinavo ocupaba plaza de banquillo.


Con el fichaje de David Villa, Ibrahimovic se encuentra con un nuevo “socio” o con un competidor más. El asturiano es uno de los mejores delanteros del planeta (puede que el mejor) y será uno de los fijos en el once titular. Además, está bien clara la predilección de Pep por la cantera. Pedro es su ojito derecho (el otro es Busquets) y Bojan podría estar ante el año de su explosión definitiva. El puesto de delantero está muy caro.


Nadie duda de la calidad que atesora el sueco. Pero el Barcelona debería replantearse para que lo quiere y sí realmente lo necesita. Ibrahimovic nunca ha sido un jugador de grandes registros goleadores (exceptuando su último año en el Inter), ya que le cuesta llegar a los veinte goles por temporada. No termina de encajar en la maquinaria culé y en ocasiones, se le acusa de ser algo indolente. Cuando Eto´o se marchó, Guardiola hablaba de falta de “feeling” con el jugador. Ahora la historia puede repetirse.

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