lunes, 12 de abril de 2010

"Espartaco" se exhibe una vez más


París-Roubaix, el Infierno del Norte. Un recorrido de 259 kilómetros, de los cuales, 53 son de pavés, repartidos en 27 tramos. Los ciclistas llegan a la meta rotos, llenos de sudor, barro, arena o polvo, según las condiciones, alguno incluso lo hará con sangre si aparece el infortunio. Que un corredor ataque en solitario faltando 50 kilómetros para la meta, podría calificarse como una misión imposible, un auténtico disparate. Si este corredor se llama Fabian Cancellara, la cosa cambia.


El campeón suizo, se anotó en la jornada de ayer, su segunda París-Roubaix, como ya hiciera en 2006, y después de completar una auténtica exhibición muy similar a la de hace una semana en el Tour de Flandes. “Cancellara”, realizó toda una demostración de poderío y valentía, atacando en solitario, sorprendiendo al gran favorito: el belga Tom Bonnen, que ayer aspiraba a igualar a su compatriota, Roger de Vlaeminck, con 4 triunfos (record de la prueba).


El ataque de “Espartaco”, cogió a todos sus compañeros del grupo de cabeza desprevenidos (Bonnen estaba comiendo). La “Locomotora” suiza arrancó con fuerza aprovechando un tramo de asfalto, sin levantarse del sillín, desplegando todos los watios de potencia que almacenan sus piernas. Bjorn Leukemans hizó un intento de seguirle, pero enseguida desistió. Cuando los demás integrantes del grupo reaccionaron, Cancellara ya les había sacado 20 segundos. En ese momento comprendieron que era el fin. La diferencia subía de forma escandalosa cada kilómetro. El “Expresso” de Berna había puesto la directa y no pararía hasta la meta, situada en el Velódromo de Roubaix, donde se presentó con 2 minutos de adelanto sobre el segundo clasificado, Thor Hushovd. El español, Juan Antonio Flecha entró tercero, rozando el triunfo una vez más.


Estamos ante la enésima demostración de poderío de Fabian Cancellara. El mejor contrarrelojista de la actualidad, capaz de vencer también en las grandes clásicas del ciclismo: Milán-San Remo, Flandes y París-Roubaix. Una fuerza de la naturaleza, a la que hay que añadir un extraordinario talento.



2 comentarios:

  1. muy bueno Javi, por qué le llaman spartaco?

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  2. 186 centímetros, 80 kilos tampoco dicen mucho. Pero al verle sobre la bicicleta con esa potencia, está todo dicho. Es un toro.
    Gracias por tu comentario Víctor.

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